El vértigo es un trastorno del equilibrio que hace referencia a una sensación de movimiento que una persona tiene sin que exista. Es una alucinación debida a una alteración de nuestro sistema vestibular alojado en nuestro oído interno y que es quien nos proporciona información acerca de la posición de la cabeza en el espacio.
Los tormentosos síntomas
Los síntomas habituales del vértigo son la sensación de giro de objetos, inestabilidad, incapacidad para realizar actividades normales y náuseas. Cuando ocurre una crisis de vértigo, el paciente se encuentra en una situación muy incapacitante y requiere tratamiento médico inmediato.
¿Cuáles son las causas?
En cuanto a las alteraciones del oído debemos mencionar, por orden de frecuencia, el vértigo posicional, la Enfermedad de Méniére y la neuritis vestibular, que representan el 54% de las consultas por mareo y vértigo.
Otras causas de origen periférico son los tumores, traumas, infecciones y tóxicos; suponen el 33%.
Dentro de la patología neurológica, la de origen vascular y la esclerosis múltiple son las de mayor incidencia.
¿Quién puede padecerlo?
Cualquier persona puede padecer vértigo. Los síntomas de inestabilidad pueden surgir tanto en la infancia como en la ancianidad, incluso a veces por un mal manejo del estrés.
En el caso de los niños tiene unas formas de vértigo muy diferentes a las catalogadas. Suele sufrir crisis espontáneas muy breves que con los años se van curando o se transforman en migrañas. Habitualmente se trata de problemas del oído medio que se manifiestan con vértigo.
En los ancianos, se presentan cuadros de vértigo multisensorial que puede evolucionar hacia una inestabilidad crónica. En estos casos, los tres sistemas del equilibrio que tienen que coordinarse en el cerebro (vista, oído y articulaciones) fallan.
Tipos de vértigo
Los vértigos se pueden clasificar de muy diversas formas. Una de ellas se basa en la localización de la enfermedad que lo causa y los divide en periféricos y centrales.
El vértigo periférico es el causado por la afectación del laberinto (oído interno) y nervio vestibular (el que lleva la información del equilibrio desde el oído interno al cerebro), y es el más frecuente. Los pacientes suelen presentar además pérdida de audición y zumbidos, presión y dolor en el oído.
El vértigo central es debido a la alteración de los mecanismos neurológicos del propio sistema vestibular. En estos casos es frecuente la existencia de alteraciones de la marcha y postura con inestabilidad muy llamativa, visión doble, problemas para la deglución, cefalea intensa, etc.

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