Todos tenemos algún conocido que ha sufrido la COVID-19. Felizmente la mayoría se ha recuperado sin mayores problemas; sin embargo, aquellos que han requerido oxigenoterapia en hospitalización o cuidados intensivos para vencer esta enfermedad también necesitan controles posteriores cuando son dados de alta.
Un nuevo problema
En pleno proceso de la infección nuestra principal preocupación será el compromiso pulmonar. Al alta, luego de haber pasado muchos días en cama o con escasa actividad física y vencida la infección, puede que recién les llame la atención que al querer caminar presentan hinchazón de una pierna… ¡algo que no tuvieron antes!
¿Qué puede ser aquello que afecta a una sola pierna?
Puede tratarse de un caso de Trombosis Venosa (las venas son las que conducen la sangre desde todas la partes del cuerpo hasta el corazón), es decir que se formó un coágulo dentro de una vena grande de la pierna, el muslo o la ingle; el coágulo impide que la sangre “salga” de la pierna y al acumularse esta sangre, la pierna se hincha (edema). Eso indudablemente genera dolor, indica el Dr. Wernher Cuya, Jefe de Cirugía Cardiovascular de la Sede Cercado de Lima de Clínica La Luz.
Tratamiento de la trombosis venosa
Estos cuadros de trombosis en las venas suelen tratarse solo con medicación adecuada para evitar complicaciones como la tromboembolia pulmonar, que sucede cuando un coagulo se desprende y termina “cerrando” la arteria del pulmón, complicación sumamente grave. Un tratamiento adecuado evitará que sufra de un síndrome postrombótico, que es un cuadro persistente de hinchazón de la pierna, ardor de plantas, pesadez, oscurecimiento de la pierna, engrosamiento de la piel e incluso úlceras o heridas crónicas en el tobillo.
Otro tipo de trombosis
En otro caso quizá no se le hinche la pierna y recién repare en que no puede caminar la misma distancia que antes: “doctor, antes caminaba mas de 10 cuadras, ahora a las justas llego a dos cuadras y me tengo que detener por el dolor de la pierna”, “mi pierna está más fría”, incluso puede estar pálida, azulada (cianosis) o presentar dolor incluso sin moverse. Si esto sucede debemos descartar que esté sufriendo de una Trombosis Arterial (las arterias son las que llevan la sangre con oxígeno desde el corazón hacia todas la partes del cuerpo), que es la formación de un coágulo en una arteria principal de la pierna. El coágulo “cierra” el camino de la sangre que nutre y oxigena los tejidos, en casos graves se corre el riesgo de amputar la pierna si no actuamos a tiempo, advierte el Dr. Wernher Cuya.
A tener muy en cuenta
Fíjense entonces que la trombosis puede atacar a las venas y a las arterias, aunque tienen el mismo nombre sus síntomas son diferentes y requieren tratamientos diferentes de acuerdo con el conducto vascular que se cierre.
El Cirujano Cardiovascular es el especialista que sabrá diferenciar si existe algún problema en sus venas y arterias mediante un examen físico. En algunos casos le hará un examen de ecodoppler vascular (ecografía especial para “mirar” las arterias o venas), le dirá cuál es la gravedad del caso y le podrá ofrecer el mejor tratamiento para cada paciente. Si es su caso lo más importante es que se realice un diagnóstico temprano para seguir disfrutando de un buen paseo a pie.
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